El Oráculo Chino, también llamado I Ching o libro de los cambios, es considerado uno de los libros más antiguos de todo el mundo. De autor desconocido, este enigmático oráculo está compuesto por un total de 64 textos explicado cada uno de ellos por un dibujo formado por seis líneas superpuestas. Es en las 64 combinaciones de estas líneas donde se refleja todo lo que se refiere al Cosmos. La idea principal en la que se basa el oráculo chino es que todo lo existente surge de la combinación de las dos fuerzas opuestas: el Yin y el Yang.
El I Ching es considerado un libro de sabiduría y ha sido utilizado por grandes intelectuales chinos des de tiempos lejanos. Se creía en su inicio que los espíritus se comunicaban con ellos mediante este oráculo. El libro de los cambios no ha perdido vigencia en la China milenaria, y además, su práctica se ha extendido por todo el mundo.
Para la consulta del oráculo chino, es necesario hacer un ritual como en cualquier otro arte de carácter adivinatorio. También es aconsejable encender una varilla de incienso y realizar unos minutos de meditación. Otra cosa que se debe pensar de antemano es el tipo de pregunta que se realizará y tenerla muy clara. Como las respuestas que ofrece el I Ching son difíciles de interpretar, muchas personas empiezan con una pregunta tipo: «¿Qué necesito saber?». A partir de la respuesta de la primera pregunta la persona consultante podrá empezar a preguntar sobre todos aquellos temas que desee.
Las líneas del hexagrama del oráculo chino se obtienen de una en una lanzado tres monedas. El hexagrama se construye de abajo arriba, siendo la primera línea la inferior y la sexta la superior, para hacerlo se usan unas monedas especiales en las que aparecen unos caracteres chinos. Tras realizar la pregunta deseada se arrojan seis veces las tres monedas, teniendo en cuenta que una de las caras de la moneda tendrá el valor dos y la contraria, el valor tres. Cada vez que se arrojan las monedas se suman los resultados. Cuando del resultado de la suma surja un 6 o un 8, les corresponderá una línea partida. A los resultados impares, 7 o 9, se realizará una línea entera. Una vez realizadas las seis tiradas, se toman los tres trazos superiores y los tres trazos inferiores obtenidos y se buscan en la tabla de los hexagramas los símbolos, para ver cuál nos corresponde.
El oráculo chino para adivinar el futuro, puede parecer un poco complicado al principio, pero una vez nos acostumbramos a su metodología, es una forma distinta de preguntar sobre las inquietudes que podemos tener respecto al futuro.