La luna, por su gran magnetismo, es muy importante a la hora de invocar las bondades de la magia blanca ya que ayuda a aumentar las capacidades psíquicas de aquellos que la practican. De la misma manera que influye en las mareas del mar, la luna también produce un efecto inigualable en el espíritu del ser humano, sobretodo en el de las mujeres, que desde el principio ha sabido reconocerse en el propio ciclo lunar.
La luna en el cuarto creciente, que es cuando pasa de nueva a llena, a medida que va creciendo, causa una mayor atracción sobre todas esas cosas que están expuestas a su energía. Durante la luna creciente es el mejor momento para quedarse embarazada, para proteger una relación en la que existen problemas o para trazar nuevos caminos para el alma.
La luna en cuarto menguante es cuando de llena a nueva y es el momento en el que nos debemos deshacer de aquellas cosas que nos sobran o que no funcionan bien, es el caso de acabar con relaciones sentimentales que no funcionan bien o cambiar de trabajo en el caso que no nos encontremos cómodos. También es un momento ideal para eliminar esas cosas de tu cuerpo que no te gustan, como es una verruga o proponerse perder peso.
La luna llena es la luna perfecta y óptima para realizar magia blanca, es la marea de las personas psíquicas y puede usarse cualquier tipo de magia. La luna llena suele ejercer una atracción especial en la mayoría de personas, no sólo la gente con poderes siente su influjo sino que es algo generalizado para todo clase de seres vivos.
La luna nueva representa aquella en la que no hay luna y se debe reservar este periodo como descanso, por lo que es mejor que no realices hechizos ni magia de ningún tipo.